Láser Vascular: Cuperosis Facial y Angiomas

La cuperosis consiste en la presencia constante de un tono rosáceo de la piel de la cara. Puede ir desde exclusivamente una piel más rosa de lo normal hasta la aparición de pequeñas venas que se trasparentan en la piel, evidenciándose de manera muy clara el trayecto de los vasos. Los angiomas son malformaciones presentes o no en el momento del nacimiento, de tamaño variable que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Son lesiones de color rojo vinoso, que la mayoría de la veces suponen un defecto estético importante.

Actualmente la tecnología láser es la mejor opción para el tratamiento de los angiomas o puntos rubíes, cuperosis, «spiders» o arañas vasculares porque coagula de manera selectiva los capilares dilatados, sin dañar la piel, consiguiendo en la mayoría de los casos la desaparición completa de la lesión.

El tratamiento dura escasos minutos en las lesiones más pequeñas, pero puede prolongarse hasta una hora en lesiones más grandes o cuando se tratan numerosos angiomas. Inmediatamente después el paciente puede maquillarse y realizar una vida normal. Normalmente se necesitan varias sesiones para tratar dichas venitas.

Si la cuperosis está asociada a granitos se denomina rosácea y requieren además tratamiento médico asociado.

Existen diferentes láseres vasculares para el tratamiento de cada uno de estos tipos de lesiones (Candela V-beamDiolite KTP-532Nd-Yag-Lyra). En nuestra consulta disponemos de un láser de ND:YAg de última generación que permite el tratamiento de todas esta lesiones con un escaso número de sesiones.

Estas técnicas se aplican sin necesidad de anestesia. Posteriormente, puede existir ligera inflamación o presentar hematoma transitorio y muy raramente presentar costras.

Posteriormente, se recomienda la aplicación de una crema con antibiótico y antinflamatorio unos días y no se prohíbe el uso del maquillaje. Además es importante que el paciente no esté moreno y que no se exponga al sol en las semanas posteriores.