Acido Hialurónico
El paso de los años va produciendo en la piel la aparición de un tono mate, con menos luminosidad y una piel menos tersa. Esto, se une además con cambios en los volúmenes y contornos faciales. Es decir, los compartimentos grasos que en la juventud ocupan los pómulos, las mejillas… van “descolgándose”, dando una sensación de falta de volumen en estas zonas y la aparición de flacidez en las zonas más bajas de la cara como es la zona mandibular o la zona del mentón. Igualmente, se produce un adelgazamiento de los labios haciéndolos más finos y más planos.
Los tratamientos con ácido hialurónico pueden corregir todos estos efectos propios del envejecimiento, siendo el producto más utilizado a nivel mundial como material de relleno.
El ácido hialurónico es una sustancia natural, presente en todas nuestras células y por lo tanto no extraña para nuestro organismo. Esto hace que cuando realizamos un tratamiento con ácido hialurónico, el producto sea integrado completamente en nuestra piel, siendo rara la aparición de complicaciones importantes después de estos tratamientos. No requiere test de alergia y su duración es de 8 a 12 meses aproximadamente. Existen muchas marcas en el mercado, como Restylane, Juvederm, Softline, Hydraform, etc. En ocasiones el ácido hialurónico está mezclado con un anestésico local, con lo que el tratamiento se tolera mejor.
Es frecuente asociar los tratamiento con ácido hialurónico con tratamiento con toxina botulínica (Botox ®) para mejorar las arrugas de la frente y patas de gallo.
Existen diferentes tipos de ácido hialurónico dependiendo de lo que queramos tratar.
- Mesoterapia: consiste en la inyección mediante múltiples inyecciones superficiales de la piel de toda la cara para conseguir una hidratación profunda, devolviendo la luminosidad y la tersura a la piel, con un ligero efecto tensor, pudiendo corregir en parte las arrugas más finas. La técnica requiere de 3 a 5 sesiones en las que se inyecta el producto formando una retícula por toda el área que se desee tratar. Se puede aplicar no sólo para hidratar la cara sino también cuello, escote y manos.
- Tratamiento de arrugas o surcos más profundos: Consiste en la inyección en la dermis (segunda capa de la piel) de un ácido hialurónico de mayor consistencia para “levantar” el surco o la arruga que estamos tratando y así recuperar el volumen que se ha perdido.
- Tratamiento de pómulos y mejillas: Para recuperar el contorno y la proyección de los pómulos característicos de una persona joven, se usa el ácido hialúronico de mayor densidad que existe. Con este tipo de tratamiento que consigue corregir las concavidades que van apareciendo con los años y las sombras que éstas producen. Además, de manera indirecta se corrige en parte la flacidez del tercio inferior de la cara. Es un tratamiento rápido, sin cirugía, que no necesita ningún tiempo de recuperación y con el que se consigue un aspecto joven sin renunciar a la naturalidad.